A día de hoy creo que nadie se sorprende al oír que a España ya la han explotado unas cuantas burbujas económicas en la cara. La más conocida de todas y que más repercusión a nivel social está teniendo, ha sido la inmobiliaria, pinchada en 2008 y con una dilatada onda expansiva que llega hasta la actualidad. Por desagracia esta onda está contagiando a otros sectores como el de las energías renovables, que se encontraba en un crecimiento prometedor y esperanzador, con un alto potencial de generación de empleo multidisciplinar.
En el año 1999, terminé mi carrera de Ciencias Físicas y alrededor del año 2001 decidí que las energías renovables fueran mi profesión. Por aquél entonces, a aquellos que decidíamos especializarnos en este sector nos miraban como si fuéramos unos locos que persiguen una quimera inalcanzable, pues: ¿quién se iba a imaginar que un panel fotovoltaico, “esos que se ponen en los cortijos y dan para encender una luz y poco más”, iban a suponer una revolución en el panorama energético español?.
Ayudaron bastante a este crecimiento las líneas de incentivos destinados a la implantación de pequeñas y medianas instalaciones para uso doméstico, empresarial y rural promovidas por la administración autonómica, pero no fue hasta el año 2005 aproximadamente, cuando se empieza a fraguar la explosión del sector, al sentarse las bases de un Plan de Energías Renovables, e implantar mecanismos para incentivar la producción mediante primas económicas, en prácticamente cualquier fuente de generación de este tipo.
Desde luego ha sido una oportunidad fabulosa para emprender y aprender, pues tal y como decía Ward, William George: “Las oportunidades son como los amaneceres: si uno espera demasiado, se los pierde.”
Ahora, en plena tormenta, la reestructuración que se pretende realizar de todo nuestro tejido productivo gira en torno a la internacionalización, las incubadoras y aceleradoras de empresas. Parece que hay mucha prisa por arreglar este desaguisado y desagraciadamente si miramos hacia atrás, la desesperación tampoco nos ha traído muy buenas noticas. Parece que aún no hemos aprendido cuál ha sido la fundamental razón por la que nuestra economía se ha desplomado.
Para poder ser arquitecto, primero hay que ir a la escuela, pasar por el instituto y por último ir a la universidad. Para ser instalador, técnico o director de obra en instalaciones de energía solar, no se ha exigido una titulación concreta, y prácticamente cualquier persona con una formación básica se ha dedicado estos menesteres.
Debemos entender que para que exista una especialización, primero deben establecerse las bases formativas adecuadas, los requisitos necesarios para la obtención de un certificado de cualificación y las normas a seguir, si queremos que la semilla plantada fructifique en un tejido empresarial consolidado. Esta es la razón, por la que hace un par de años, me planteo la posibilidad de realizar una bibliografía enfocada a los sectores que a mi entender más proyección y repercusión sobre el empleo podrían tener en lo social y económico.
“Dimensionado de Instalaciones Solares Fotovoltaicas”, es el título elegido para mi primer libro técnico y de especialización sobre este sector. Publicado por la Editorial Paraninfo en España y Latino América (otro mercado en expansión, a ver qué ocurre), pretende ser un manual teórico-práctico de consulta para todos los profesionales en esta área.
Fuera de un panorama de reducción y eliminación de primas a la producción, surgen nuevos nichos de mercado que seguirán potenciando el crecimiento y consolidación de esta tecnología, como es el caso del autoconsumo y balance neto.
Se abren nuevos campos de aplicación a la arquitectura tradicional y bioclimática, demandando y potenciando la creación de equipos de trabajo, cada vez más multidisciplinares y que requerirán de una cualificación suficiente para poder llevar a cabo tanto los proyectos, como sus instalaciones de forma adecuada a la constante evolución de estos sistemas.
Este libro recoge todo lo que un profesional necesita para el correcto dimensionado y su adecuada implementación en los proyectos técnicos y de ingeniería, mostrándose como una guía completa, que hace un viaje desde algunos conocimientos básicos de electrotecnia, pasando por la normativa básica en su implantación, hasta las más complejas configuraciones de instalaciones aisladas o conectadas a red.
Por tanto, y consciente de la necesidad de ofrecer una formalidad enfocada a la cualificación profesional reglada, la estructura de la obra se ha desarrollado tomando como referencia el contenido curricular definido en el RD 1215/2009 de 17 de julio, que establece el certificado de profesionalidad de Organización y proyectos de instalaciones solares fotovoltaicas.
Sin duda alguna y parafraseando al francés José Gnecco Laborde: “Nuestra madurez es fruto de lo que hemos recibido en la adolescencia”, y si después de esta etapa el fruto ha quedado verde, poco más podemos esperar.
Artículo de opinión publicado en: La Voz de Almería
Autor: Amador Martínez | @amadormartinezj
[…] título de uno de sus artículos recientemente publicados “Con formación no hay burbuja” (https://itcea.es/2013/02/con-formacion-no-hay-burbuja/). Articulo del que se desprenden conclusiones tan generales como que; antes de acometer una nueva […]